Esta semana me tocó hacer para mi terapia un listado de
rituales, compulsiones, obsesiones que
realizo diariamente. La verdad que me costó bastante porque hay muchas cosas
que ya están tan naturalizadas en mi vida que no puedo tomar distancia de las
mismas.
Estuve varios días escribiendo y mi listado, cada vez se
hizo más y más extenso. La verdad que no puedo creer que diariamente realice
tantas cosas, con razón el tiempo no me alcanza, no es suficiente.
Hoy al leer y tomar distancia, es decir traté de
concientizarme con lo que escribí, tengo
una mezcla de sensaciones que van de la vergüenza, la rabia, interrogantes y
más interrogantes. Parece cómico, que si no hubiera escrito nunca me hubiera
dado cuenta de todo lo que tengo que hacer para vivir un día de manera
tranquila y feliz y pienso al mismo tiempo que por más que haga y haga en el
día a veces las cosas no me salen como quiero o pienso, entonces para que
perder el tiempo por ejemplo acomodando las fuentes del horno es su respectivo
lugar, para que enjuagarme la boca tantas veces, para que abrir y cerrar
puertas, prender y apagar luces infinitas veces, contar uno, dos, tres… lo que
se me cruce por el camino y sea contable y volver a contar por las dudas de que
me haya equivocado la primera o la segunda vez que lo conté y el estómago se me
llena de nervios y la ansiedad recorre mi cuerpo y me empieza a agarrar miedo
de no poder terminar de contar lo que ya empecé.
Y acá estoy tomando dimensión de todo esto y la verdad que a
pesar de lo que siento me vino bien registrar y llenar hojas y hojas
escribiendo, porque me voy dando cuenta en el tiempo que pierdo para vivir, en
el tiempo que pierdo para reír, tomar de las manos a mis hijos, disfrutar de mi
casa, de un lugar verde, del día a día, de las cosas simples, de lo que en
realidad vale la pena…