martes, 11 de noviembre de 2014

Escrituras

Esta semana me tocó hacer para mi terapia un listado de rituales, compulsiones, obsesiones  que realizo diariamente. La verdad que me costó bastante porque hay muchas cosas que ya están tan naturalizadas en mi vida que no puedo tomar distancia de las mismas.
Estuve varios días escribiendo y mi listado, cada vez se hizo más y más extenso. La verdad que no puedo creer que diariamente realice tantas cosas, con razón el tiempo no me alcanza, no es suficiente.
Hoy al leer y tomar distancia, es decir traté de concientizarme con lo que escribí,  tengo una mezcla de sensaciones que van de la vergüenza, la rabia, interrogantes y más interrogantes. Parece cómico, que si no hubiera escrito nunca me hubiera dado cuenta de todo lo que tengo que hacer para vivir un día de manera tranquila y feliz y pienso al mismo tiempo que por más que haga y haga en el día a veces las cosas no me salen como quiero o pienso, entonces para que perder el tiempo por ejemplo acomodando las fuentes del horno es su respectivo lugar, para que enjuagarme la boca tantas veces, para que abrir y cerrar puertas, prender y apagar luces infinitas veces, contar uno, dos, tres… lo que se me cruce por el camino y sea contable y volver a contar por las dudas de que me haya equivocado la primera o la segunda vez que lo conté y el estómago se me llena de nervios y la ansiedad recorre mi cuerpo y me empieza a agarrar miedo de no poder terminar de contar lo que ya empecé.

Y acá estoy tomando dimensión de todo esto y la verdad que a pesar de lo que siento me vino bien registrar y llenar hojas y hojas escribiendo, porque me voy dando cuenta en el tiempo que pierdo para vivir, en el tiempo que pierdo para reír, tomar de las manos a mis hijos, disfrutar de mi casa, de un lugar verde, del día a día, de las cosas simples, de lo que en realidad vale la pena…

martes, 4 de noviembre de 2014

Martes


Otra vez acá, hoy me levanté temprano, no me quedé en pijama como suelo hacerlo, me vestí, hasta logré sacarme las pantuflas y cambiarlas por zapatillas. Estaba en pie un día más ¿Otro día de lucha conmigo misma? ¿Otro día de torturas?

Fui al baño y cómo todos los días cepillé mis dientes y los enjuague seis veces, más seis veces, más seis veces, es algo que todavía no logro controlar, salí del baño huyendo casi sin tocar la puerta para no tener que volver y tocarla tantas veces y comprobar si está cerrada verdaderamente, corrí como si alguien me persiguiera, agarré mi libro como todas las mañana y mientras leía mi cabeza se dispersaba yendo de un lugar a otro miedos, dudas, sensaciones, tristezas, alegrías; traté de concentrarme en esa palabra que  a veces era tan cercana y otras tan lejana; hacía dos días había sentido felicidad plena, simplemente por estar viva y luego nuevamente la tristeza ¿Por qué? ¿Era algo que tenía que suceder en mi vida? No lo sabía y tampoco por más que lo intentara lograba responder a mi pregunta la dejé en suspenso para otra ocasión. Tenía que concentrarme en el ahora, en el momento, en el vivir cada segundo de la mejor manera posible. 
No sé si hoy voy a lograrlo, sé que lo intentaré, sé que trataré de poner voluntad, hoy es martes… hoy empieza mi semana, hoy es un día más…

lunes, 3 de noviembre de 2014

Qué me pasó


Hoy el día se nubló nuevamente, venía atravesando días de sol y de repente otra vez la oscuridad total. ¿Qué fue lo que me llevó  a esta sensación de no sé qué?
La semana pasada, mi vida arrancaba una vez más a lo laboral desde otro lugar de lo que yo sé hacer, pero volvía al trabajo, eso significaba que iba evolucionando favorablemente. Mis obsesiones controladas, pero latentes en su lugar. Mis metas recordadas diariamente y cumplidas al pie de la letra, los broches de madera, todavía no son un simple artículo para colgar la ropa, siguen causándome la misma sensación de siempre, la muerte, la tragedia, lo malo.
Hoy mi cabeza se llenó  de pensamientos negativos, hoy no tengo ganas de nada, quiero estar sola y al mismo tiempo no quiero estar sola. No entiendo que me sucede, solo sé que tengo que volver a darle cuerda a mi vida y volver al punto que la dejé el viernes pasado. Ahí estaba feliz ¿qué pasó luego? Tendré que averiguarlo…


lunes, 15 de septiembre de 2014

Hoy me siento así

Una gran tristeza invade mi alma, la maldita ansiedad recorre mi cuerpo y una sensación que no puedo explicar hace que mis fuerzas se debiliten.
Mi garganta se siente aprisionada como con ganas de gritar, cómo si una mano me apretara el cuello y el aire apenas lograra salir.
¿Por qué uno pasa de un estado a otro? ¿Por qué ayer creía que me llevaba el mundo por delante? ¿Por qué esto tiene que doler tanto? ¿Por qué uno no sabe como escapar, como salir de estas percepciones que tiene el cuerpo?
En un segundo tu vida cambia, tus ganas, tus esperanzas, tus metas, todo queda como en un vacío tan lejano que no podes llegar a tocar todo aquello con las manos.
¿Cuándo podré ser feliz y que esta felicidad sea eterna? ¡Quiero ser feliz con lo sencillo y simple de la vida!
 Y de repente aparece la cabeza llenándose de nuevo de pensamientos negativos, insoportables, de muerte y nuevamente se te apaga el alma, esa que hacía unos días estaba iluminada, y brillaba como un cielo lleno de estrella, está ahí otra vez opaca y triste y la sensación o no sé cómo llamarlo llega sin avisar para arruinarte el día o unos días y luego todo vuelve a empezar nuevamente, como si fuera un ciclo empieza, termina y vuelve a comenzar; sueños de felicidad, bienestar, alegría, ganas de vivir, de disfrutar de cada minuto y luego todo lo malo y después viene lo bueno y así continuamos…
Quizá, tengamos que pasar por estos momentos para fortalecernos realmente, pero qué doloroso que es todo esto. No sé cuando se acabará o si terminará algún día, hoy no sé si tengo ganas de luchar, pero a lo mejor dentro de un rato vuelvo a convertirme en la luchadora que soy. Todavía no lo sé…




domingo, 14 de septiembre de 2014

Pequeña caída

Sabía que lo bueno no iba a durar eternamente, otra vez vuelvo a sentir todo lo peor de mí. Anoche de un momento a otro paso de la alegría a la tristeza, viene la ira, el mal humor, la ansiedad, los pensamientos negativos, todo lo malo vuelve. ¿Por qué? Estoy cansada de preguntarme y no encontrar respuesta ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? No lo sé y lo quiero saber.
De todas maneras sé que son sensaciones y no van a lograr arruinarme la vida o mi día, aunque hoy el día este triste como yo, estoy segura que durante el transcurso del tiempo, de las horas, trataré de cambiar mi actitud y todo cambiará.
Vendrán a mis imágenes lindas, agradables, trataré de salir a pasear aunque sea bajo la lluvia, respiraré hondo y me sentiré viva, escucharé música, pensaré en mí, me bañaré, me pondré ropa linda y arreglaré mi pelo, me pintaré los ojos, sonreiré.

Porque sé que, a pesar de todo esto que siento ahora mismo soy yo misma la que está luchando y sé que no es fácil la batalla, por más que ahora sienta que no tengo fuerzas, sé que es un momento que tengo que pasar, sé que hay momentos que voy a estar estable y otros momentos que voy a sentirme caer en un pozo, pero lo más importante es que yo como lo digo siempre a pesar de todo lo funesto, mi victoria esta por sobre todo lo demás y eso es lo más importante para mí.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Sigo en pie

De nuevo acá, hoy es sábado y mis fuerzas todavía no me abandonan.
Logré salir el jueves e ir a un cumpleaños el viernes, consiguiendo que  los pensamientos negativos no interfieran. Me costó realmente, pero pude conseguirlo o por ahora lo voy logrando.
Mis metas siguen siendo trabajadas con mucha fortaleza. Esto no quiere decir que hayan desaparecido esas ideas de mi cabeza, pero siento que van siendo controladas.
Con respecto a mis estados de ánimo me he mantenido estable, puedo decir que fueron más para el lado de la felicidad que de la tristeza.
Como ya también les conté estoy tratando de disfrutar de las cosas simples de la vida, sin ponerme a analizar tanto lo que tengo que hacer.  Por ejemplo, si tengo que ir a la plaza, no pienso en cómo me sentiré o si el aburrimiento o la ansiedad me perseguirán, ir al cine y disfrutar de la película sin concentrarme en las salidas de emergencia, comer en un restaurante buscando las sonrisas cómplices de mis amigas sin pensar que me intoxicaré con algo, tener charlas interminables con ellas, mirar el cielo y ver el sol, la luna y  pensar que siempre están ahí acompañándome.
No sé cuál es el camino de la felicidad, pero por donde yo voy sé que no es el camino correcto por eso  estoy tratando de buscar otros senderos. ¡Quiero ser feliz! Me obsesiono con eso, quiero estar bien, divertirme, gozar de la vida, de los buenos momentos, de cada oportunidad que la vida me pone frente a mí, pero ¡qué difícil es todo!
Por ahora hay metas, pero lo más importante ganas de ser dichosa, de sentirme acompañada, querida, de no sentirme sola.
 Es lo que quiero y siento ahora, los malos pensamientos, los rituales diarios, los cambios de humor, de ánimos no arruinarán mi vida, estarán ahí, pero no dejaré que me controlen y condicionen mi existencia.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Otro día más!!!!

Hoy es miércoles, un hermoso día de sol, pronto llegará la primavera, pero ya esta estación está mostrando sus colores y perfumes.
 Es algo que me llena el alma y que puedo decir que en realidad puedo disfrutar, es algo… simple, que verdaderamente me hace feliz y ese bienestar de percibir por lo que mis ojos ven, por suerte no se arruinan con ningún pensamiento feo. Quizá porque la maravilla de las flores, sus aromas y ese tinte que le dan al jardín son más fuertes y el sol…es un condimento más en este paisaje de este día fantástico.
Les cuento que sigo trabajando con mis metas, anillos, vidrios empañados por el vapor del baño y el cerrar las puertas y no volverlas a abrir. Por ahora no puedo agregar otra meta, si bien son poquitas para mí es un gran esfuerzo diario.
Estoy feliz porque mis metas vienen siendo trabajadas con mucha voluntad y la verdad también le pongo muchas ganas.
En estos días, la verdad no tuve altibajos, me mantuve estable, quizá porque ya voy tomando conciencia de muchas cosas, pero también sé que esto se puede modificar de un momento a otro.
Es cómo dije en otro escrito, viviré el momento, cada hora, cada segundo, cada instante, sin tratar de pensar en lo que sucederá más tarde.
Llenaré mi cabeza de pensamientos positivos y de imágenes lindas que estén guardadas en mi corazón, en mi alma.
 Cuando tenga sensaciones feas trataré de luchar, de ser fuerte, de no llorar, de no sufrir, haré todo lo contrario a lo que mi cabeza o mi aliens interior me mande porque soy YO la que manejo mi cuerpo, mi cabeza, soy YO la que quiere ser feliz y disfrutar cada oportunidad que la vida me brinde.
Iré al cine, sentiré el perfume de las flores, tomaré tu mano, disfrutaré de la sonrisa de mis hijos, prepararé una torta, como me dijo una amiga, besaré, diré te amo a todas las personas que quiero de verdad y que están conmigo a cada instante y por sobre todo... me amaré YO, me veré hermosa, radiante y en mi cara dibujaré muchas sonrisas, gozaré de cada ocasión y veré como la felicidad ya no va por otro camino, sino que caminará junto a mí.


domingo, 7 de septiembre de 2014

Sigo luchando

Ya pasaron unos días desde que me propuse trabajar con mi tercer meta. Exactamente dos días, parece poco tiempo o mejor dicho no es nada, pero para mí es una eternidad.
La verdad, me estoy sorprendiendo yo misma. Estoy feliz, lo voy logrando, aunque no me resulta para nada fácil.
El primer día cerraba la puerta e instintivamente y la volvía a abrir y cerrar, hasta que recordaba mi meta y por suerte solo lo hacía una vez.
Ahora ya casi ni recuerdo mi ritual o mejor dicho trato de no darle importancia, no me permito ni siquiera pensar en la puerta que cerré. 
Mis pies muchas veces tratan de retroceder y mis manos quieren apoderarse del picaporte, pero por fortuna parecería que está todo bajo control.
Primera y segunda meta, siguen perfectas, no logro olvidarlas, pero por lo menos ya no me torturan. Sólo me preocupa el tema de los anillos, si bien vengo cumpliendo, me cuesta horrores decidir que anillos puedo usar y cuando un dedo queda vacío, no dejo de tocarlo, pero por lo menos ya no pienso en cual anillo me va a traer buena o mala suerte. ¡Pobres anillos!como que ellos fueran los condicionantes de que yo  tenga buen o mal día.
Mañana es lunes, comienza la semana, siempre me cuesta empezar, arrancar porque como sabrán se me cruzan pensamiento que por supuesto no son buenos de como va a ser mi semana ¿positiva o negativa? Se claramente que yo soy la única responsable de como sea ella.
Desde ayer, repito frases positivas en mi cabeza: ¡Si puedo! ¡Soy feliz! ¡Soy fuerte! Y no se cuales más porque se me van ocurriendo en el momento.
Hoy me siento bien, no se mañana porque la verdad uno pasa de un estado de ánimo a otro, de ser feliz a que te invada la tristeza en sólo un segundo.
Me propongo proyectos, como por ejemplo viajes, me da miedo lo nuevo, pero sé que me encanta viajar, necesito ver otros paisajes, disfrutar de mi familia, pasar tiempo juntos.
Quiero pasear, ir al cine, reunirme con amigos, charlar, reír. Lo sencillo de la vida para muchos, pero tan difícil para mí.
 Lo bueno es que hoy tengo ganas de vivir y mañana voy a estar con las mismas deseos porque tengo que empezar a disfrutar de mi vida, de lo que tengo, que por suerte no es poco.
Hoy estoy manejando mi cabeza, luchando con eso que está dentro mío porque yo ya les conté que a veces creo que somos dos personas en un mismo cuerpo. Hoy estoy yo sola y puedo controlar mis ansiedades, algunas de mis obsesiones, algunos de mis rituales. Mañana no se qué pasará si volveré a estar sola o seremos dos en mi cuerpo.
Viviré el presente, el momento, el ahora y lo haré de la mejor manera posible pensando en cosas lindas, paisajes verdes, con mares, montañas, un campo, un cielo estrellado con una luna redonda o un sol calentándome la cara. Visualizaré caras de personas queridas que están presentes en mi vida y pensaré en momentos vividos con ellos, todo esto me dará la  fortaleza necesaria para poder seguir luchando.
Y seguiré pensando que…¡Lo lograré!


viernes, 5 de septiembre de 2014

Tercer meta

Hoy comienzo con mi tercera meta, dejar de verificar en este caso trataré de trabajar con las puertas. Una vez cerradas no volveré a abrirlas y volverlas a cerrar, a empujarlas para comprobar si están bien cerradas o a abrirlas y cerrarlas la cantidad de veces que en ese momento se me ocurra, ya no digo que se le ocurra a mi cabeza, porque de a poco voy dándome cuenta que soy yo misma poniendo me cosas para hacer y cumplir, rituales que a veces se hacen insostenibles y realmente me agotan,
Primera meta: anillos, vengo bastante bien, aunque no dejo de tocarme los dedos, sé que puedo andar sin ellos o cambiar de anillos por los que se me venga la gana. Hasta ahora nada ocurrió, se me cruzaron muchos pensamientos cada vez que toco mis dedos y compruebo que aquellos anillos que siempre estuvieron “protegiéndome” ya no están, o mis dedos están vacíos y en ese momento, no voy a mentir entro en pánico, respiro hondo y trato de pensar en positivo ¡nada va a pasar! Y me cuesta horrores, con dolores de panza, con el pulso acelerado, pero la primera meta sigue en pie.
Segunda meta: vidrio empañado por el vapor del baño, ya no hago círculos y busco mi cara, directamente la toalla limpia el espejo, dejándolo brilloso y como ya les dije sonrío triunfadora. Esta meta, no sé porque me resulta más fácil llevarla a cabo, ¿será porque es nuevita? Hace poco que la vengo haciendo, entonces siento que no me perturba.
Ahora, con mi tercera meta, no sé cómo me va a ir ¡hace tantos años que la realizo!
Tengo que ser fuerte porque para colmo las casas están llenas de puertas, como también el auto, ¡espero lograrlo!!!!
Lo de abrir y cerrar puertas, está tan naturalizado que lo bueno de todo esto es descubrir que lo hacía, porque al ser algo cotidiano, no lo tenía incorporado como una obsesión. También me pasa con las llaves, con los candados y con todo aquello que se tenga que abrir y cerrar, como ya les conté lo de las botellas o cualquier recipiente que tenga tapa a rosca o a presión, pero por ahora voy por las puertas.
Mi lucha es diaria, tengo días buenos y días que no se cómo arrancar con mi día, hay días que puedo estar todo el día en pijama y deambulando por la casa tocando repetidamente todo lo que se me cruza por la cabeza. Hay días que me levanto y soy como decimos en el grupo, una GUERRERA y esa es la persona que quiero ser, la que lucha, la que se levanta tiene ganas de bañarse, de cambiarse, de ponerse linda y llevarse el mundo por delante, de cumplir sus metas, proyectar sin miedos, vivir la vida, disfrutar y verdaderamente ser feliz alegrándose de todo aquello que hoy en día me estoy perdiendo de vivir.
Hoy empieza mi tercer meta y no es poco para mi… ¡Vamos por más!


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Quiero

Sueño con una vida sin obsesiones, sin compulsiones, sin rituales de por medio, sin tristezas ni angustias, sin pensamientos negativos, nefastos, ni de muerte.
Voy a escribir todo lo contrario a lo que mi vida es en realidad por ahora, porque sé muy bien que muy pronto mi vida se va a convertir en lo que yo quiero que realmente se convierta, en una vida donde la felicidad me rodee, donde mis ojos solo puedan ver y disfrutar lo que la naturaleza le brinda, una vida llena de risas, de ilusiones, de canciones que te llenan el alma o de besos que te provocan cosquillas en la panza.
Cierro los ojos y miro mi interior se que todo eso está guardado en un lugar de mí esperando por salir y  reemplazar todo lo negativo que hay ahora, en este momento.
Quiero que llegue el día en que… pueda salir de mi casa sin pensar en que me va a doler la panza o que va a ocurrir algo malo porque no hice algo que mi cabeza me ordenó.
Quiero que llegue el día que… no tenga que contar cosas y sumar  los dígitos de los números para ver si son números de la buena o mala suerte.
Quiero que llegue el día en que…pueda decidir que ropa usar sin pensar que algo me va a traer mala suerte.
Quiero que llegue el día en que…mis cabeza no me de tareas para hacer.
Quiero que llegue el día en que… tome la mano de mis hijos y pueda disfrutar su tibieza, su inocencia, su alegría.
Quiero que llegue el día en que…yo pueda decir hoy tengo ganas de hacer esto o aquello y pueda cumplirlo.
Quiero que llegue el día en que…yo pueda decir hoy soy libre, hoy salí vencedora.
Quiero que llegue el día en que…yo pueda tener el recuerdo de que una vez mi cabeza estuvo manejada por obsesiones, por miedos, por rituales por tener que tocar cosas repetidamente, por tener que contar al hacer determinadas cosas, por tenerle miedo a los broches de madera.
Sé que pronto mi sueño se va a hacer realidad porque solamente yo soy la que puedo manejar mis sensaciones, mis miedos, mis obsesiones, solamente yo soy la dueña de mi misma y espero que en un tiempo no muy lejano, como en los cuentos de hadas mi sueño se cumpla y tenga un final feliz.


Sensaciones…

Y al final es así, paso un tiempo bien y después vuelvo a sentir esto que no puedo explicar, angustia, tristeza, ansiedad, no se…ganas de nada.
Los días que me siento bien, empiezo a proyectar y de repente todo se me cae como un castillo de hielo. Una vez que quiero encaminar mi vida, ponerme metas, todo se me destruye. YO, lo destruyo, yo misma derribo mis propios sueños.
Ayer, pensaba que hoy iba a empezar a hacer algo para salir de casa, distraer mi cabeza, encontrar algo que en realidad me dé un incentivo y llegado el momento comienzo a plantearme  ¿por qué tengo que hacer algo que hoy no tengo ganas de hacer? Y así voy dejando mi vida vacía, no estoy trabajando porque me siento mal, no estoy estudiando porque me pasa lo mismo, y ahora con mi nuevo proyecto nuevamente las mismas sensaciones.
 Hoy mi cabeza dio un vuelco y nuevamente me toma de rehén, de prisionera de mi misma y acá estoy triste, sola, sin ganas de hacer nada. No quiero tener obligación de ninguna cosa, no quiero tener que hacer algo y tener que tener efectos de miedo, de desconsuelo, incertidumbre de que va a ser de mi vida, ¿Qué voy a hacer con ella? Y me veo poniendo excusas, justificaciones para no hacer lo que tenía pensado, pero sí  para ser un vegetal, es así como me siento o quiero sentirme, se que vegetando nada me va a suceder, nada me va a pasar, voy a estar protegida en mis paredes, en mi hábitat que es conocido por mí, centímetro a centímetro es mi lugar de rituales, de obsesiones y de todas las cosas que mi cabeza ordena.
Hoy mi día empieza así y siento que cuando planifico  algo en mi vida una fuerza se interpone y se me pincha como a un globo lo que yo me había propuesto y no sé si echarle las culpas a algo  externo o a mi misma por no ser lo demasiado fuerte como para seguir adelante.
De todas maneras todos los días cuando me levanto puedo fortalecer mi finalidad que es que “Yo lo voy a lograr”, no sé cuando, con lágrimas, llantos, tristezas, días buenos y días malos, sé que mi meta está ahí.
No puedo distinguir qué fue lo que provocó que hoy no me sienta bien, ¿rituales no realizados?, no lo sé…solo sé que el escribir me provoca una descarga y es como que los engranajes de mi vida comienzan a funcionar. Sólo espero que con el correr de las horas, vuelva a ser YO nuevamente la que maneja mi cuerpo y mi cabeza.


lunes, 1 de septiembre de 2014

Sigo creyendo!!!!

En estos días en que mis metas son notables viene a mi mente la sensación de que después de tiempos buenos vienen tiempos malos.
Mis obsesiones siguen estando y con muchas voy luchando a diario y veo como se van debilitando, pero al mismo tiempo, cómo ya les he contado aparecen nuevas cosas que hay que hacer.
Por ahora me voy sintiendo triunfadora, pero ¿Cuánto durará todo esto?
Siempre hablo de mi cabeza como si fuera una entidad que nada tiene que ver conmigo, como si fuera algo que está fuera de mi cuerpo y me maneja como una marioneta, es así como me siento una marioneta, un títere siempre haciendo lo que le ordenan, lo que YO me ordeno, no me puedo reconocer, no puedo identificar que esa parte de mi cuerpo sea mía y que yo tengo todas las facultades para dominar.
A veces soy la nada misma y me dejo vencer, caer, esperando que todas las tragedias vengan a mí.
De repente me veo aquí con una botella en la mano, girando y desgirando la tapita del envase y pienso que este impulso lo realizo con todos los utensilios que tienen tapita y trato de no hacerlo
y no me puedo resistir y lo vuelvo a hacer y lo repito varias veces con la pasta dental, el rímel para pintarme los ojos, frasquitos de cualquier tipo de cosas, y no logro oponerme a ese impulso .
Últimamente hago listas en mi cabeza de todo lo que hago y no debería realizar, es difícil sacar todas esas compulsiones, rituales que son parte de mi vida. Hace tanto tiempo que están en mi vida que el trabajo por hacerlos desaparecer es muy difícil porque siempre dentro de mi  cabeza comienza a formular malos presagios.
 De a poco, creo que voy logrando la batalla, aunque los broches de madera siguen siendo la muerte misma y el solo tocarlos me da una sensación tan tremenda que no quiero ni mirarlos, pero como les conté me niego a tirarlos a la basura porque tengo  que aprender que son simples broches que no me van a asesinar, ni van a traer la muerte de nadie.
Quiero cambiar mi pensamiento con respecto a la madera en los broches veo ataúdes, cajones de muertos, quiero relacionar la madera como lo que es, madera e imaginar los bellos árboles con sus copas llenas de hojas o bien un hermoso árbol desnudo en una estación de frío. La madera, materia prima para realizar muchas cosas y pienso que  yo no tengo problema con otras cosas, solo con los broches de ese material. ¿Por qué? Nunca lo sabré o todavía no logro descubrirlo.
Bueno, aquí estamos un día más resistiendo, viviendo, continuando con los rituales, pero debilitando pensamientos negativos y tengo fuerza, tengo proyectos, tengo ganas de que mi vida cambie por completo y dejar de ser esclava de mi misma y pasar a ser la dueña absoluta de mi vida.En estos días en que mis metas son notables viene a mi mente la sensación de que después de tiempos buenos vienen tiempos malos.
Mis obsesiones siguen estando y con muchas voy luchando a diario y veo como se van debilitando, pero al mismo tiempo, cómo ya les he contado aparecen nuevas cosas que hay que hacer.
Por ahora me voy sintiendo triunfadora, pero ¿Cuánto durará todo esto?
Siempre hablo de mi cabeza como si fuera una entidad que nada tiene que ver conmigo, como si fuera algo que está fuera de mi cuerpo y me maneja como una marioneta, es así como me siento una marioneta, un títere siempre haciendo lo que le ordenan, lo que YO me ordeno, no me puedo reconocer, no puedo identificar que esa parte de mi cuerpo sea mía y que yo tengo todas las facultades para dominar.
A veces soy la nada misma y me dejo vencer, caer, esperando que todas las tragedias vengan a mí.
De repente me veo aquí con una botella en la mano, girando y desgirando la tapita del envase y pienso que este impulso lo realizo con todos los utensilios que tienen tapita y trato de no hacerlo
y no me puedo resistir y lo vuelvo a hacer y lo repito varias veces con la pasta dental, el rímel para pintarme los ojos, frasquitos de cualquier tipo de cosas, y no logro oponerme a ese impulso .
Últimamente hago listas en mi cabeza de todo lo que hago y no debería realizar, es difícil sacar todas esas compulsiones, rituales que son parte de mi vida. Hace tanto tiempo que están en mi vida que el trabajo por hacerlos desaparecer es muy difícil porque siempre dentro de mi  cabeza comienza a formular malos presagios.
 De a poco, creo que voy logrando la batalla, aunque los broches de madera siguen siendo la muerte misma y el solo tocarlos me da una sensación tan tremenda que no quiero ni mirarlos, pero como les conté me niego a tirarlos a la basura porque tengo  que aprender que son simples broches que no me van a asesinar, ni van a traer la muerte de nadie.
Quiero cambiar mi pensamiento con respecto a la madera en los broches veo ataúdes, cajones de muertos, quiero relacionar la madera como lo que es, madera e imaginar los bellos árboles con sus copas llenas de hojas o bien un hermoso árbol desnudo en una estación de frío. La madera, materia prima para realizar muchas cosas y pienso que  yo no tengo problema con otras cosas, solo con los broches de ese material. ¿Por qué? Nunca lo sabré o todavía no logro descubrirlo.

Bueno, aquí estamos un día más resistiendo, viviendo, continuando con los rituales, pero debilitando pensamientos negativos y tengo fuerza, tengo proyectos, tengo ganas de que mi vida cambie por completo y dejar de ser esclava de mi misma y pasar a ser la dueña  de mi vida.

viernes, 29 de agosto de 2014

Puedo ,puedo, puedo…

Hoy por fin salió el sol para mí, brilloso, fuerte, energético. Hacía algunos días que me sentía triste y mis metas no podían ser concretadas, tenía la sensación de estar hundiéndome en un gran pozo del cuál por más que lo intentaba no lograba alcanzar los bordes con las manos. De a poquito mis manos fueron tomando la orilla y mi cabeza empezó a asomar, reflexiva, pensativa y con ganas de luchar. Nuevamente sentía que mi cerebro con todo lo que ello implica era manejado por mí, yo lo podía controlar y eso me hacía feliz.
Mi primera meta que había sido la de cambiar los anillos de dedos seguía en marcha, con todos los miedos que esto incluía, seguía lográndola y sigo con el mismo  pensamiento que no existen o eso quiero creer yo, anillos negativos y anillos positivo, anillos de la buena suerte y anillos de la mala suerte, estoy convencida que mi cabeza se está olvidando de los anillos en sus correspondientes dedos y de a poco deja de mandarme mensajes negativos con respecto a eso, pero estoy constantemente tocándome los dedos, buscando los anillos. Espero que el hacer eso no se  convierta en una obsesión.
Hace una semana estoy trabajando con mi segunda meta la de no tocar el espejo cuando está empañado por el vapor de la ducha y buscar mi cara y encontrarme en él y lo estoy logrando. Termino de bañarme y trato de mirar el espejo y hacer de lado todos los pensamientos de muerte  y veo mi cara y trato de sonreír, sonreírme a mí misma.
Hay muchas cosas que debo modificar, pero lo difícil son aquellas cosas que hago desde que era niña y no me puedo dar cuenta cuáles son ¡Las tengo tan naturalizadas que no las puedo distinguir! Son rutinas que las hago desde siempre.
Por ahora trabajo con las nuevas y en tratar de modificar pensamientos negativos y convertirlos en positivos.
La semana pasada cuando tuve ese bajón, pensé una vez más que no lo iba a lograr y acá estoy nuevamente en pie, luchando, sintiéndome fuerte y sabiendo que por más que la muerte, las desgracias, la mala suerte ronde en mis pensamientos, hoy estoy resistiendo y sé que lo voy a lograr.
Soy consciente que esto puede durar unos días y recaer, pero hoy mi objetivo es lograrlo y estoy segura de que saldré vencedora.
http://esclavademimisma.blogspot.com.ar/


miércoles, 27 de agosto de 2014

Algo distinto en mi rutina

Hoy mi rutina diaria cambia, me toca llevar los niños a la escuela, una o dos veces al mes me toca hacer está terea por cuestiones de fuerza mayor. Si bien sé desde ayer que tengo que hacerlo no puedo dejar de obsesionarme, sentirme ansiosa, con todos los miedos encima juntos. Y quiero convencerme de que es algo simple y sencillo y lo sé,  pero no puedo dejar todas las sensaciones atrás.Mi cuerpo, mi mente es como que empezaran a estudiar el tema, y uno comienza con sus órdenes fastidiosas de agregar más cosas a las que ya están naturalizadas y el otro empieza a somatizar, dolor de panza, miedo de estar lejos de casa y tener que salir corriendo al baño, ¡Sufro! Y no lo puedo evitar.
Me doy cuenta que cada día tengo menos ganas de salir de casa y esto de no estar yendo a trabajar, no ir a la Universidad, no sé si me está beneficiando o perjudicando, a lo mejor son muchos días para que yo este sola con mi enemigo dentro mío torturándome y yo preguntándole ¿Por qué a mí?
Quiero disfrutar de este día que es tan importante para mi niña por lo menos, el que yo vaya a la escuela y este con otras mamás para ella es maravilloso, pero para mí no lo es, siento que las charlas escolares  no son nada productivas y mi cabeza vuela hacia otro lado o se centra en cada centímetro de su cuerpo controlando, pulso, corazón, intestinos, cabeza y vuelve el ciclo nuevamente.
Son las 9 de la mañana y mi rutina diaria comenzó, abrir el libro, cerrarlo, carrera de pantuflas, abrir y cerrar las llaves del gas, meter el dedo en cualquier ranurita o agujerito que encuentre y dejarlo determinados segundos, cerrar y abrir puertas, tocar y sentir sensaciones en la ropa, tocarme los dedos que ahora ya no están con sus anillos correspondientes, pero la costumbre me quedó grabada en mi, colgar la ropa y no mirar los broches de madera que me niego a tirarlos como me dice mucha gente porque yo se que son simples broches de madera, jugar con el vapor del espejo a hacer círculos, enjuagarme la boca en tandas de seis veces, cepillarme el pelo con un cepillo y luego pasarme un peine que tiene que ser de color amarillo, acomodar los almohadones de los sillones, descolgar y colgar las toallas del baño y tan larga es la lista que no podría terminar de escribir. Todas esas acciones por suerte o no, ya las tengo naturalizadas las hago sin pensar y eso es bueno porque las puedo ir estudiando y descartando aunque me cueste, pero a esas se me suman las nuevas que se me ocurren en el momento y pueden ir mutando de una  hora para otra o de un día para otro, las rutinas o no sé cómo llamarlas que más me molestan son las de contar ¡Qué fastidio! Contar, perderte y volver a empezar.
El sol que me golpea en la espalda me está dando energía y me da miedo escribir que hoy mi día va a ser bueno ya con pensarlo o escribirlo tengo terror de  que todo me salga al revés, pero tengo que dejar fluir todos esos buenos pensamientos e intentarlo, otras veces lo he logrado y hoy estoy segura que mi esfuerzo va a ser tan grande que voy a salir victoriosa…

Después les contaré como me fue. 

lunes, 25 de agosto de 2014

A mis amigos virtuales!!!!

Hoy lunes, no me pregunten porque fue un día triste para mí. Me sentí rara, ansiosa, con ganas de hacer cosas y al mismo tiempo no hacer nada, con ganas de luchar y sin fuerzas para hacerlo, para lograrlo y siempre termino en lo mismo ensimismándome, abstraída en mi misma.
No sé porque a veces me siento así ¿será porque es comienzo de semana?  La verdad, no sé cómo explicar lo que siento una sensación en la boca del estómago que me recorre todo el cuerpo como si algo estuviera por pasar y si… adivinaron, no es nada bueno.
Me dan ganas de abrir la puerta cerrarla, volverla a abrir, cerrarla y dejarla abierta o cerrada y salir corriendo, correr, correr escapando de mi misma, de mi cabeza, de mis sensaciones, de mis miedos, de mis ansiedades.
Lo extraño de todo esto es que lamentablemente no sabes con quien hablar, las personas que están cerca, no entenderían de esas sensaciones, esos miedos, eso de tener que tocar cosas, si las llamaría me dirían y ¡que te va a pasar!, ¡pensá en tu familia ¡deja esas tonterías!. Es triste pero muchas veces yo no quiero que mi familia, amigos, compañeros sepan lo que siento , porque creo que ya deben de estar cansados de escuchar mis lamentos, mis preocupaciones, prefiero que nadie se entere.
Por suerte, existen ustedes, mis amigos virtuales, siempre ahí entendiéndome, dándome fuerzas, apoyándome y pasándome a través de la pantalla toda la energía necesaria para que yo remonte vuelo y vuelva a fortalecerme, a luchar  sentir ganas de pelearla porque me hacen sentir que no estoy sola, no importa el país al que pertenezcamos, las religiones, los ideales políticos, lo bueno es que estamos todos al pie del cañón tratando de darnos fuerza los unos con los otros.
Hoy quiero agradecerles, porque estuvieron allí, llenándome el alma con colores brillantes, haciendo que mi corazón se llene de felicidad al ver tanta gente maravillosa que si bien, también están sufriendo se preocupan cuando un par suyo cae. AMIGOS VIRTUALES, hoy quiero decirles que son parte de mi vida y no me alcanzan ni me salen las palabras para poder darles el mejor mensaje de gratitud.
¡Brindo y festejo por haberlos encontrado!


domingo, 24 de agosto de 2014

Lluvia!!!!

Hoy el día amaneció con lluvia ¡Qué placer! Siempre me gustaron los días grises, quizá porque los identifiqué siempre con mi vida, mi vida de tonos apagados.
Desde chica me gustaba mirar por la ventana como las gotas caían en el piso y se hacían más grandes convirtiéndose en un charquito una junto a la otra, me imaginaba las hormigas bajo el pasto tratando de cubrirse de eso que caía desde el cielo y las destruiría, les rompería sus cuerpitos, tal vez sus hormigueros o sus cuevitas para protegerse. Yo sentía todo lo contrario  junto al vidrio, me sentía protegida, a salvo, ¿De qué? De la lluvia, no porque siempre la he amado, pero era esa mi sensación.
Mi cuerpo de niña con pensamientos melancólicos, una mirada con una tristeza oculta, yo sola sabía que ocultaba esa mirada, pero callaba y olvidaba hasta que llegó un momento que los recuerdos se borraron, pero quedó esa amargura en mi vida y la empecé a canalizar con ansiedades, era chica y mi cabeza ya empezaba a darme órdenes, la muerte ya se hacía presente en mi vida y yo tenía que obedecer, aunque yo sola sabía que en mi vida ya había pasado algo que era similar a la muerte, pero como les dije quedó guardado con candado en lo más profundo de mi alma.
Y los pensamientos comenzaron a acecharme y yo cumplía al pie de la letra por las dudas de que esas sensaciones se cumplan. Todavía recuerdo y me veo atravesando el pasillo de mi casa contando las maderas que estaban en la pared, era una maderita pegada al lado de la otra y yo ya las había contado tantas veces que sabía la numeración de memoria, pero cada salida era volver a contar una por una, una por una y si sin querer me equivocaba en el número final, tenía que volver a contar ¡Qué fastidio! Números y más números se me dibujaban en la cabeza, era contar pasos, platos vueltas de llaves, cerradas de puertas, cubiertos, comensales, todo había que contarlo varias veces. Y si los números que contaba me daban de  dos o más cifras, tenía que contar los dígitos de esos números y el número se convertía en un número de la buena o de la mala suerte, eran juegos que mi mente me obligaba a hacer y todavía sigue obligándome o mejor dicho sigo obligándome a contar, a sumar y ver qué número sale de todo eso.
Ahora, estoy ya grande y voy recordando cómo esa pequeña, que era yo misma iba llevando su vida con esos pensamientos tan tortuosos que le arruinaban la vida, pero ella era tan fuerte que si bien fue creciendo con todo eso luchaba día a día, como ahora lo sigo haciendo.
 Hay tiempos que estoy fuerte y trato de pelear contra todo pensamiento negativo, hay otros momentos que estoy tan débil que me dejo llevar esperando la muerte que se cruza por mi cabeza cuando desobedezco una orden.

 Nunca sé qué pasará si no cumplo, a veces si lo sé y reflexiono, me hablo,  me tranquilizo a mi misma y como acunándome me digo que nada va a suceder y así meciéndome, me duermo soñando en el día que esto termine de verdad y mi cuerpo, mi mente, mi todo no esté bajo tortura, presión de mi cabeza. Pienso mucho en ese momento y sé que ya llegará, como hoy vino la lluvia a golpear en mi ventana…

jueves, 21 de agosto de 2014

Algún día!!!

Muchas veces, últimamente mi cabeza está pensando positivamente y voy viendo como los miserables pensamientos negativos van muriendo dentro de mí.
 Lamentablemente algunos días te levantas feliz, con ganas de llevarte el mundo por delante y te encontrás no con esas cosas feas que están dentro de tu persona esperando ahí latentemente, de repente estás rodeada de gente mala, perversa que te está esperando para arruinarte el día.
Yo sé que hay muchas personas que no entienden o no se explican por qué a nosotros nos pasa lo que nos pasa, nuestra familia, nuestros amigos, compañeros; no lo logran comprender y no saben muchas veces cómo ayudarnos. Pero el colmo de los colmos es encontrarte inesperadamente con médicos que en tonos burlones por su ignorancia se quedan mirándote como si fueras un bicho raro.
Ayer me sentí… ¡Tan incomprendida! Pero era por la persona que más me tenía que entender, me trató tan fríamente planteándome que yo no quería trabajar, que no entendía que me lo impedía. Me sentí impotente yo que siempre había tenido asistencia perfecta en mi trabajo, compromiso, dedicación, amor por los niños, ¿cómo iba a estar yo parada frente a mis alumnos en este estado? ¿Y si les trasmitía mis miedos, mis obsesiones? Cuando me di cuenta que esto podía suceder decidí dar un paso al costado, todavía me cuesta pensar en cómo seguir, como continuar con mi vida, ¿cómo dejar de enseñar si es lo que más amo y es lo que mejor se hacer? Soy muy consciente que en este momento mi vida está en crisis, quizá más adelante logre recuperar nuevamente mi vida, mis niños.
Pero vos, que tenías que estar preparada para contenerme me indagaste como si fuera una ladrona que te había robado algo tuyo, como si el sueldo que me pagaban salía de tu bolsillo, todavía no puedo creer el trato que tuve, ¡Qué injusticia!
Me sentí una infeliz, dando explicaciones que no salían de mi boca, solo lágrimas y llanto, ¡no me pude defender! Uno se encuentra tan vulnerable que no sabes cómo reaccionar, ¿Por qué tener que dar tantas explicaciones? ¿Por qué hurgar en aquello que te está destruyendo el alma?
Quizá sabías de que se trataba todo esto, pero tu intención solamente era hacer mal a los pacientes, y la verdad que conmigo lo lograste.
Ayer caí y creí que no me iba a levantar y acá estoy nuevamente, luchando con mis pensamientos de muerte, con mis obsesiones, con mis miedos, pero por sobre todo estoy en este lugar fortaleciéndome para  esperar el día en que volvamos a encontrarnos.



lunes, 18 de agosto de 2014

¡Hace tanto tiempo!

¡Hace tanto tiempo!
Cuando decidí comenzar a escribir lo que me sucedía, no pensé que iba a ser tan reconfortante para sanar mi alma. Ahora lo tomo como una terapia y es como hablar conmigo misma.
Dentro de mi cabeza, se está produciendo una guerra, muchas veces me siento dividida en dos, pero cuando me concientizo sé que soy yo misma hablándome, diciéndome lo que tengo que hacer, generándome miedos, pensamientos negativos, preguntas sin respuesta. Y  sufro, lloro, me angustio.
Sé que mi lucha es diaria, como cuando tenía ataques de pánico y sentía que me ahogaba hasta que aprendí a respirar.
Lo diferente a todo eso es que con esto vengo luchando desde que era chica ¡Hace tantos años!
Y me acostumbre a vivir con estos  impulsos y obsesiones que ya algunos  están tan naturalizados que son parte de mi vida.
A veces me pregunto ¿Por qué nadie me llamó la atención en mi hogar? ¿Por qué si veían que tocaba cosas lo tomaban cómo una gracia? ¿O lo veían cómo algo normal? No sé qué pasó, pero tarde 41 años en darme cuenta que necesitaba ayuda. Y acá estoy con mi lucha diaria, pensando en lo pequeña que era cuando todo comenzó. ¡Qué sola estaba!
Recuerdo mi sufrimiento diario, ¡Era tan pequeña! Quizá 10 años. En mi casa había un pasillo largo con un montón de platitos colgados en las paredes y ahí comenzaba mi rutina. Tocar cada uno de ellos, terminando en una cruz con un Cristo colgado el cual tenía que besar y tocar varias veces hasta que mi cabeza se sentía en paz, y  yo ya creía que nada malo iba a suceder. Después se fueron sumando más cosas y más cosas y fui creciendo…
Siempre mis acciones fueron realizadas al pie de la letra, como se me indicaban, como mi cabeza me lo decía, como yo me lo transmitía y siempre estaba la muerte rondando por mis pensamientos. Era una niña, con esos trastornos,  con esos dolores de panza que ya somatizaba y ahora los recuerdo y a mi edad, a esta edad vuelven  a torturarme.
¡Cuánto tiempo pasó de todo aquello! ¿Cómo crecí con esa patología tan sola? ¿Cómo llegué a convertirme en mujer con la muerte rondándome diariamente? Y acá estoy con mi lucha diaria, tratando de dar un paso sin que un pensamiento negativo interfiera, pero siempre están ahí latentes y cuando menos trato de escucharlos más somatiza mi cuerpo.
A veces estoy cansada de las metas diarias, de proponerme cosas, de no escucharme, pero sé  que es la única manera de poder lograrlo, soy YO la que debo estar fuerte y modificar todo aquello que me perturba, que me arruina el día, la vida.
Hace unas semanas que me siento con fuerzas y muchos días esas voces se hacen débiles hasta que desaparecen, aunque sea sólo por instantes. De a poquito voy sintiendo que quiero luchar, no quiero que esos pensamientos me lleven a la muerte. ¿Me llevarán a otro mundo si no cumplo con ellos? No lo sé, sólo estoy segura que quiero superarlo, pelear y ganar.


sábado, 16 de agosto de 2014

Se que lo voy a lograr!!!!


Es difícil comenzar a escribir algo con este título, por lo menos para mí, para otros quizá es algo tan simple, pero para los que se sienten como yo seguro que me entienden.
Hoy fue un día distinto.
Ni bien me levanté, mi marido me dijo que tenía entradas para el circo para mí y para mi nena. En ese mismo instante, entre en pánico. Lloré y dije un montón de barbaridades. ¿Cómo me iba a decir de hacer algo tres horas antes de la función? ¿Cómo iba a hacer mi cuerpo para responder a tantas órdenes que mi cabeza le daba? Tenía miedo, estaba paralizada. Todo tipo de pensamiento venía a mi cabeza. Por supuesto, que ustedes se imaginarán que los que se me cruzaba por mi cerebro no era para nada agradable. Las lágrimas corrían por mi cara, me preguntaba una y otra vez cómo lo venía haciendo ¿Por qué a mí? ¿Por qué a nosotros nos suceden estas cosas? Ahora sabía que había más gente que le pasaba lo mismo que a mí y esa mañana me habían dado una mano enorme, eran desconocidos y estaban ahí tan cerca. Me dieron las fuerzas que yo en ese momento necesitaba para que mi hija pudiera disfrutar.
Mi marido no entendía, ni tampoco entiende cómo ayudarme. Me decía, cómo no podía controlar mi ansiedad, mis miedos. Era algo tan sencillo ir al circo, ¿Para quién? Para mí, no lo era.
Comenzó el terror del ¿Qué me pongo? La ropa equivocada podía desencadenar una tragedia. Elegí la ropa previo tocarla varias veces, primero el sweaters, luego el jeans, la campera, primero eran unos números, luego se me dibujaban otros. Toqué mis aros varias veces, elegí anillos de la buena suerte, trate de hacer todo lo que me ordenaba mi cabeza para que aquello saliera bien.
Me dolía la panza, otro síntoma más que se me sumaba, antes me atacaba la respiración, pero con técnicas de yoga había logrado superar esa situación. Respiré y llené mi panza de aire. Tenía que lograr aunque sea por ese día esa situación, ahora sabía que tenía amigos virtuales que pasaban por lo mismo que yo, me acompañaban, me daban fuerzas y no querían que caiga.
Después de darme fuerza frente al espejo, hablando conmigo misma, llegó la hora de irme, pensaba que “esos pensamientos” no arruinarían la felicidad de mi hija.
Mis sensaciones estaban alertas, pero logré dejarme llevar por el espectáculo y hasta me entretuve con los payasos que desde chica nunca me habían robado una sonrisa y ahí estaba yo sentada, mirando el show, pero muy atenta a mi cuerpo que imaginaba cosas posibles que podían suceder, como que se cayera la carpa del circo, visualice las salidas de emergencia, los mata fuegos y traté de pasarla lo mejor que pude, con verle la sonrisa a mi hija comencé a disfrutar, hacía tiempo que no lo lograba.
Terminó la función y hasta una bicicleta ganamos en un sorteo. ¡Qué felices estábamos!
Ahí fui que comprendí que había derrotado a ese monstruo dentro mío, aunque sea por un día para mí fue un logro y comprendí que poniendo toda la fuerza de mi interior voy superarlo.
Hoy estoy feliz.


miércoles, 13 de agosto de 2014

Otra vez!!!!

Hace años que me pasa lo que me pasa, mi cuerpo cansado muchas veces pide basta y mi cabeza acelerada  impone tareas y más tareas. ¿Cómo no poder  manejar esa esfera que tengo en el cuello? ¿Cómo puede digitar toda mi vida con una sola orden o muchas?
Hoy a parte de acomodar la silla millones de veces, luchar con los broches de la ropa, fijarme que cada anillo este en su dedo, apoyar los pies bien justitos en el cerámico del piso sin que estos toquen las rayas de los mismos, abrir y cerrar puertas, correr y descorrer la cortina del baño, cada tenedor en su lugar con el vaso correcto y el indicado para cada integrante de la familia, los adornos en las posiciones indicadas, los colgantes del cuello en su lugar, todo en sus correctas posiciones para empezar el día, los saludos con mis hijos un beso en una mejilla, un beso en la otra, un beso de ella en mi mejilla yo en su mejilla y volvemos a empezar y así vamos llegando al medio día un tirar de besos con la mano derecha hasta que el auto desaparece de mi vista, y así tortura tras tortura.
Para colmo de hacer tantas cosas, mi cabeza está empecinada en darme más tareas que en realidad son tantas que no tengo ganas de escribirlas porque aparte cuando las escribo no puedo creer que viva con tanto tormento.
Si soy yo misma la que hace q la vida, mi vida sea un suplicio, ¿Cómo vivir? ¿Cómo luchar? ¿Cómo sobrellevar mis días llenos de tareas que yo no quiero hacer? ¿Y qué sucederá si no cumplo? ¿Qué me pasará que sea más malo de lo que ya me sucede?
Sólo quiero una cosa LIBERTAD.  ¿Se podrá?




lunes, 11 de agosto de 2014

Esclava de mi misma

Era una mañana como cualquier otra, levantarme a mi nueva vida que en ese o este momento no sabía ni cual era, por un tiempo los días laborales habían terminado y mi cabeza confundida no sabía qué era lo correcto. ¿Qué quería? ¿Cómo continuaría todo esto?
Salí de la cama y cómo todos los días me quedé en pijama, agarre un libro para leer  y me puse a tomar mate, era mi nueva rutina. Días seguidos iba repitiendo lo mismo. No me cambiaba la ropa, no me bañaba y pocas ganas de hacer cosas o de vivir tenía. No quiere decir que ahora las tenga, pero a veces creo que las cosas van cambiando.
Mi cuerpo se siente prisionero, soy esclava de mi misma, hago cosas que quizá a otros le sucedan y también se identifiquen conmigo. Las barreras de mi prisión son fuertes y cuesta romperlas. ¿Cómo luchar? ¿Cómo librarme?
Me siento en la silla, me paro, la acomodo, me vuelvo a sentar, vuelvo a correr la silla, me vuelvo a sentar y así un par de veces más. Adapto mi postura que tiene que estar de determinada manera, sino hasta que no  logro la posición deseada no paro de amoldarme, en ese momento después de dar tantas vueltas, pienso en las pantuflas que están colgando de mis pies y si no logro situarlas en su lugar en unos segundos algo sucederá, aunque no se qué es lo que pasará, sé que es malo por las dudas sitúo mis pies con ellas apoyándolas en el suelo sin que una este a un centímetro más de la otra. Tienen que encontrarse empatadas en sus posiciones. Todavía no logro comenzar a leer el libro. Agarro la pava, comienzo el mate mientras intento leer, mi lectura ya no es la misma de antes, pareciera que mi comprensión lectora ya no existiera y algunas páginas las leo y las vuelvo a leer.
Comienzo con mis quehaceres diarios y sé que se vienen otras torturas. Lo primero que hago es cambiarme, de bañarme ni hablar. ¿Qué ropa me pongo? ¿Por qué tengo que pensar que si me pongo esto o aquello me va a traer mala suerte y mi día va a ser nefasto? Logro cambiarme a veces con facilidad y otras veces temerosa, elijo algo con lo que pueda pasar desapercibida y no llamar la atención.
Comienzo con mis tareas diarias y sé que llega el momento de  colgar la ropa, algo tan simple para todas las amas de casa y tan tortuoso para mí. Un color para una cosa, un color para la otra. Azul como el cielo y amarillo como el sol para mis hijos, color verde también está permitido para  ellos. Color madera ¡Es la muerte! ¿Qué hago con esos broches? Muchas veces fueron destinados para la ropa de mi marido y más veces fueron puestos en mi ropa, destinados a mí, destinados a mi muerte como si un simple broche me llevaría eso ¡Malditos broches de madera que no me dejan vivir! Por qué tengo que colgar la ropa? ¿Por qué la madera la relaciono con la muerte? Cuelgo la ropa rápido, como huyendo de una tragedia. Tragedia ¿de qué? ¿De un asesinato de broches? ¿de un linchamiento de broches? Broches de madera, transformándose en mis verdugos, en mis carceleros porque en definitiva eso es lo que son.
Me miro las manos, los malditos anillos, para colmo de los colmos tengo infinitos anillos de los cuales sólo algunos puedo usar y por supuesto que cada uno en el dedo que corresponde, a no confundirse de dedo porque no se sabe qué cosa mala pueda suceder, me escucho y ni yo lo puedo creer, un anillo en el dedo equivocado puede provocarme muchas cosas desde una ataque de pánico, de ansiedad, dolor de panza y por supuesto siempre estar esperando lo peor. Hace poco tuve un logro, cómo no usar los anillos en sus dedos destinados o por fin cambiar de anillos y poder usar aquellos tan bonitos y brillosos que tenía guardados.
Tengo el cuello encadenado con un gato hermoso, amo los gatos, pero debe hacer más de siete años que mi cuello está protegido por ese dije que no me puedo sacar y el día que logro quitármelo viaja conmigo dentro de mi cartera.
Hablando de carteras, cuando elijo una para usar en una ocasión especial si siento que ese día me va mal dejo de usarla y  la cartera queda archivada en el ropero hasta que esa sensación se me pasa y puedo lograr usarla nuevamente, pero el problema continúa en el momento de abrir y cerrar la cartera, lo hago tantas veces como cuando tengo que guardar el dinero en la billetera abro, cierro,  abro, cierro…
Lo mismo me ocurre con las llaves, de la casa, del auto pongo, saco, saco pongo hasta que se me pasa la sensación de que todo va a estar bien.
Y si llega el momento del baño y en el espejo se hace vapor, debo formar un círculo en el espejo y mirarme la cara tres veces mientras abro y cierro la puerta del baño tres veces también. Para lavarme los dientes los números cambian me tengo que enjuagar la boca en tandas de seis veces, seis, seis, seis y no está relacionado con el diablo 666, sino con que en cada enjuague pienso en mis hermanos que son seis. En total son 18 enjuagues, no me pregunten por qué.
Y así va transcurriendo mi vida de esclava, cada segundo que va transcurriendo el día pueden aparecer cosas nuevas, cosas que se van sumando. Y ni hablar si tengo que salir de casa toco todo lo que se me va cruzando en el camino desde objetos, perros, gatos, puerta, reja, toco una, toco la otra y vuelve a empezar el ciclo.
Por supuesto que todos los días hay muchas propuestas de parte mía de lo que debo y no debo hacer, de cómo hacer para superar estas situaciones que la verdad no sé cómo llamarlas. Y así empieza mi día.
Hoy me toca salir con mis amigas, por supuesto que todo tiene que estar híper chequeado, y es ahí donde comienzan un sinfín de interrogantes ¿vale la pena ir? ¿El baño estará cerca? ¿Qué me pongo? ¿Qué colores uso? Por supuesto siempre termino con un hermoso color negro y con mi uniforme de la buena suerte que me hace sentir segura; pantalón negro, con una camperita negra, bien de luto por las dudas, cada cosa en su lugar, los aros, las pulseras, los anillos sin escaparse de sus dedos destinados, el peinado siempre el mismo y lo único que no pasa desapercibido es el color de mi pelo que desde siempre está teñido de color rubio. Para que cambiarlo a esta altura de mi vida.
Y llega el momento de la comida y empiezo a dudar que es lo que deseo  comer, no vaya a ser  que lo que elija me haga ir al baño o me provoque una alergia porque ahora también se me sumó que todo me va a provocar una alergia y voy a morir atragantada.
Me relajo, a veces lo logro y paso unos momentos inolvidables sintiéndome orgullosa de mi misma otras veces corro al baño con alguna amiga que me hace de cómplice y me lleva todo mi kit para estas ocasiones en el cual llevo desodorante, toallitas de bebe, alcohol en gel y no sé cuántas cosas más y pensar que muchas veces mis amigas se ríen de mi pequeño o grande kit, pero más de una vez ayudó a cualquiera a salir de alguna que otra situación.
Mi vida transcurre rodeada de alertas, es cómo tener un aliens , un monstruo dentro del cuerpo que te va poniendo a cada momento ideas en la cabeza, hoy vas por esta calle, doblas a la derecha cuidado no pises las rayas blancas de la senda peatonal, contar los pasos que tardas en hacer un recorrido, previa estimación de cuántos pasos van a ser y así va transcurriendo el día lleno de angustias y dolores de panza y el cerebro que te estalla y esa lucha interna con ese otro que está dentro tuyo y te hace hacer tantas cosas, pero en realidad SOS vos misma haciendo todo eso que te hace prisionera de tu propia vida.
Propuestas, metas, todos los días lo mismo ¿cuándo se acabará está tortura?
Anoche tuve un sueño: me despertaba y me desperezaba como un gato, me levantaba con mi libro en la mano, me tomaba unos mates leyendo y las pantuflas rodaban por el piso sin ninguna carrera por medio.
Me bañaba y elegía la ropa más linda y llamativa, la de los colores más hermosos como para que la gente piense ahí va ella, luciéndose con esa ropa colorida y primaveral.
Los broches no tenían colores porque eran simples broches para colgar la ropa, no tenían ni el color del sol, ni el del cielo, ni siquiera el de la muerte. Eran broches que ya no me seguían para torturarme, estaban ahí colgados quietitos, quemándose con el Sol.
 El Sol, ese Sol que muchas veces dejé de disfrutar porque veía el día gris hoy me saludaba y me bañaba con sus cálidos rayos tibios.
Ya no me importaba,  ni el vapor del baño, ni los anillos en los dedos indicados, ni saltar rayas de la senda peatonal, ni contar pasos, ni los dolores de panza, ni abrir, ni cerrar carteras, ni pensar en despedirme de las cosas al salir de casa, ni dar vuelta la llave tantas veces sea necesario.
Sólo quería ver la vida, disfrutar la vida, ver los niños felices y no pensando, como lo venía haciendo, que llevan una tristeza escondida y nadie se da cuenta de su pena, hoy veo niños felices disfrutando de su vida.
 A los barrotes de mi prisión ya no los veo, no los siento, puedo decir que dentro mío ya soy una persona no me siento dividida en dos.
¡No quiero despertarme! Y me pregunto ¿Estoy despierta?
No puedo responder solo sé que… ¡HOY VIVO!





¿Por qué a mi?

Muchas veces me pregunto ¿Por qué a mí? A lo mejor no soy la única a la que le suceden estas cosas, pero por ejemplo a las personas que me rodean no parece que le pase lo mismo que a mi.
Siempre me sentí esclava de mi misma, no puedo vivir mi vida sin dejar de hacer cosas que mi cabeza cree que tengo que hacer o de repente  aparecen miedos que me recorren el cuerpo y paralizan mi vida.
Creo que por este medio puedo contar lo que me sucede y no guardármelo en mi interior y que sea un secreto solo mío.
Es momento de compartirlo!!!!
Aclaración:Estos escritos están realizados de manera espontánea y no tienen correcciones.