Es difícil comenzar a escribir algo con este título, por lo
menos para mí, para otros quizá es algo tan simple, pero para los que se
sienten como yo seguro que me entienden.
Hoy fue un día distinto.
Ni bien me levanté, mi marido me dijo que tenía entradas
para el circo para mí y para mi nena. En ese mismo instante, entre en pánico.
Lloré y dije un montón de barbaridades. ¿Cómo me iba a decir de hacer algo tres
horas antes de la función? ¿Cómo iba a hacer mi cuerpo para responder a tantas
órdenes que mi cabeza le daba? Tenía miedo, estaba paralizada. Todo tipo de
pensamiento venía a mi cabeza. Por supuesto, que ustedes se imaginarán que los
que se me cruzaba por mi cerebro no era para nada agradable. Las lágrimas
corrían por mi cara, me preguntaba una y otra vez cómo lo venía haciendo ¿Por
qué a mí? ¿Por qué a nosotros nos suceden estas cosas? Ahora sabía que había
más gente que le pasaba lo mismo que a mí y esa mañana me habían dado una mano
enorme, eran desconocidos y estaban ahí tan cerca. Me dieron las fuerzas que yo
en ese momento necesitaba para que mi hija pudiera disfrutar.
Mi marido no entendía, ni tampoco entiende cómo ayudarme. Me
decía, cómo no podía controlar mi ansiedad, mis miedos. Era algo tan sencillo
ir al circo, ¿Para quién? Para mí, no lo era.
Comenzó el terror del ¿Qué me pongo? La ropa equivocada
podía desencadenar una tragedia. Elegí la ropa previo tocarla varias veces,
primero el sweaters, luego el jeans, la campera, primero eran unos números,
luego se me dibujaban otros. Toqué mis aros varias veces, elegí anillos de la
buena suerte, trate de hacer todo lo que me ordenaba mi cabeza para que aquello
saliera bien.
Me dolía la panza, otro síntoma más que se me sumaba, antes
me atacaba la respiración, pero con técnicas de yoga había logrado superar esa
situación. Respiré y llené mi panza de aire. Tenía que lograr aunque sea por
ese día esa situación, ahora sabía que tenía amigos virtuales que pasaban por
lo mismo que yo, me acompañaban, me daban fuerzas y no querían que caiga.
Después de darme fuerza frente al espejo, hablando conmigo
misma, llegó la hora de irme, pensaba que “esos pensamientos” no arruinarían la
felicidad de mi hija.
Mis sensaciones estaban alertas, pero logré dejarme llevar
por el espectáculo y hasta me entretuve con los payasos que desde chica nunca
me habían robado una sonrisa y ahí estaba yo sentada, mirando el show, pero muy
atenta a mi cuerpo que imaginaba cosas posibles que podían suceder, como que se
cayera la carpa del circo, visualice las salidas de emergencia, los mata fuegos
y traté de pasarla lo mejor que pude, con verle la sonrisa a mi hija comencé a
disfrutar, hacía tiempo que no lo lograba.
Terminó la función y hasta una bicicleta ganamos en un
sorteo. ¡Qué felices estábamos!
Ahí fui que comprendí que había derrotado a ese monstruo
dentro mío, aunque sea por un día para mí fue un logro y comprendí que poniendo
toda la fuerza de mi interior voy superarlo.
Hoy estoy feliz.
Enhorabuena por tu blog, es un gran paso para recuperarte del toc.
ResponderEliminarMe dedico a ayudar en españa a personas con toc de una manera totalmente desinteresada, si necesitas cualquier ayuda o consejo,no dudes en pedirmelo,
en mi pagina de facebook, tienes mi correo y telefono de ayuda al toc, mi pagina es :
aurelio toc granada
Solo decirte que conozco muchos toc , como el tuyo, darte muchos animos y que sepas que se puede salir, no lo dudes.
por cierto te pedi amistad, pero si quieres privacidad, deniegamela. un fuerte saludo, Aurelio.
Gracias Aurelio por tu gran ayuda!!!!Gracias por estar ahí para todos nosotros!!!!
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