Otra vez acá, hoy me levanté temprano, no me quedé en pijama
como suelo hacerlo, me vestí, hasta logré sacarme las pantuflas y cambiarlas
por zapatillas. Estaba en pie un día más ¿Otro día de lucha conmigo misma?
¿Otro día de torturas?
Fui al baño y cómo todos los días cepillé mis dientes y los enjuague
seis veces, más seis veces, más seis veces, es algo que todavía no logro
controlar, salí del baño huyendo casi sin tocar la puerta para no tener que
volver y tocarla tantas veces y comprobar si está cerrada verdaderamente, corrí
como si alguien me persiguiera, agarré mi libro como todas las mañana y mientras
leía mi cabeza se dispersaba yendo de un lugar a otro miedos, dudas,
sensaciones, tristezas, alegrías; traté de concentrarme en esa palabra que a veces era tan cercana y otras tan lejana; hacía dos días había sentido felicidad plena, simplemente por estar viva y
luego nuevamente la tristeza ¿Por qué? ¿Era algo que tenía que suceder en mi
vida? No lo sabía y tampoco por más que lo intentara lograba responder a mi
pregunta la dejé en suspenso para otra ocasión. Tenía que concentrarme en el
ahora, en el momento, en el vivir cada segundo de la mejor manera posible.
No sé
si hoy voy a lograrlo, sé que lo intentaré, sé que trataré de poner voluntad,
hoy es martes… hoy empieza mi semana, hoy es un día más…
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