Maldito sueño!!!!
Me levanté a oscuras, ni bien apoyé
los pies en el suelo busqué las pantuflas y me las puse antes que mis dedos
rocen el suelo no sé porque siempre tengo la sensación de que el piso está
sucio y por ende contaminado. Llegué al descanso de la escalera y como tiempo
atrás toqué una y otra vez las cortinas, conté
y conté no recuerdo la cantidad de veces, pero recuerdo la sensación de
angustia y ansiedad, comencé a bajar como siempre contando los doce escalones
que ya había olvidado cuántos eran. En ese recorrido verifiqué tocando que las ventanas estuvieran bien cerradas.
Me dirigí al baño, cepillé mis
dientes una y otra vez, contando y volviendo a empezar como lo había hecho toda
mi vida. Hacía tiempo que no lo hacía.
Me miré en el espejo y la imagen que
se reflejaba no era la mía, esa no era yo, esa no era la que venía luchando a
diario, esa era otra, la de antes, la que se dejaba vencer por los
pensamientos, por los rituales. Salí de allí e instintivamente, me miré en el
espejo tres veces, cerré la puerta y gire la llave y la desgiré y la volví a
girar y así unas cuantas veces más. Me
sentía mal. Era un volver a empezar…
Nuevamente mi cabeza comenzaba a
ser la de un tiempo atrás. Me sentía aturdida. Tanto esfuerzo, ¿para qué? todo
volvía a ser lo que había sido siempre.
Me tomé la cabeza con las dos manos
y comencé a hablarme a mi misma y a llorar.
Me desperté así…
Por suerte y para mi alegría fue un
sueño, pero fue tan real que lo primero que se me vino a la cabeza fue poder
escribirlo y acá estoy…
Es difícil volcar aquí todo lo que
sentí. Tanta tristeza, tanta angustia, tanto vacío…
No quiere decir que estos sentimientos,
sensaciones no estén más en mi vida, por supuesto que muchas veces me despierto
y están ahí esperando por derrotarme y sé que es uno de esos día en los que voy
a estar sumida en mis pensamientos y no sé cómo voy a afrontar esas veinticuatro
horas. Muchas veces me levanto y me acuesto
con todo eso dentro de mí y la amargura me desborda.
Sé que es algo que tengo que
superar, sé que es difícil de sobreponerse, se que no quiero bajar los brazos,
sé que quiero vivir bien, feliz, reír y llorar si tengo ganas, controlar mi
vida y por sobre todo ser libre.
Seguiré intentando!!!!
¡Ánimo! Escribes bien, y se deduce de tus palabras que ahora estás mejor que antes, aunque tengas momentos malos. Es difícil perseverar, pero luchar ya en sí es una postura digna y que merece la pena. Te animo a que sigas en la brecha. ¡Un abrazo!
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